33 Velatorio, funeral y entierro

FIDEL PÉREZ DE EULATE ARÍÑEZ

Antaño, los velatorios se hacían en casa. La caja se llevaba hasta la iglesia para la celebración del funeral y luego se iba hasta el cementerio. Cuenta una anécdota de cuando era pequeño, de un entierro en el que, llevando el agua bendita, lloró del frío que hacía, aunque la gente del pueblo se pensó que lloraba del sentimiento de la persona fallecida. El mismo día de la muerte, por la noche, se rezaban 3 rosarios por el difunto en la iglesia. Antes se rezaba el rosario en las casas.